Inauguración Tertulia

Inauguración Tertulia
Fiesta inauguración

22 abril 2020




EL VADO



 Instituto de Estudios Altoaragoneses 

Instituto Cervantes






"Lejos se oía el cimbal de la ermita bandeado por el viento. La anciana añadía: - Hoy se cumplen dos años. Si la pena matara, hace tiempo que estaríamos criando malvas".
En 1948, desde su exilio en Nueva York, Ramón J. Sender entregó a una imprenta de Toulouse su obrita 'El vado', germen de una de sus novelas más famosas, 'Mosén Millán' (1953), luego retitulada 'Réquiem por un campesino español'.

La historia de 'El vado' cuenta la angustia de Lucía, atormentada por haber delatado a su cuñado a los "civiles" en un ataque de celos. Dos años después, el encuentro a la orilla del río, a donde acude a lavar la ropa, con su hermana Joaquina, "viuda desde que los del Gobierno le mataron al marido", despierta en ella el fantasma de la culpa. 

En estos tiempos de confinamiento, sugerimos la lectura de  'El vado', disponible en línea a través del Centro Virtual Cervantes, donde se puede encontrar la versión en formato PDF, que en su edición original apenas tenía 36 páginas, junto al resto de títulos de la colección 'La Novela Española', disponibles también en línea.






Ermita de Santa María de Chalamera. Grupo de canto Tertulia Albada, 22 de mayo de 2007.








17 abril 2020

¿De quién es la culpa?







Esta pandemia causada por un virus diminuto que ha saltado del reino animal nos recuerda que siempre, desde la época de las cavernas, hemos tenido una relación de amor y temor con la naturaleza. Ahí ha estado nuestra fuente de vida y belleza, pero también de horror y muerte. Y ahí hemos ubicado a nuestros fantasmas, esos osos y lobos de los cuentos infantiles que vienen a devorarnos o chuparnos la sangre, como los vampiros. Quizás por nuestra culpa, por nuestra soberbia hemos provocado que una infección sea omnipresente.

El hombre disimulado y acongojado en el dibujo, junto a la mujer que desfallece, se pregunta: ¿De quién es la culpa? ¿De su imaginación? ¿De una sociedad que agrede constantemente al medioambiente? ¿O es un gesto fugaz y banal de una naturaleza que estuvo antes y seguirá después de nosotros y a la que le importamos muy poco?



Texto y dibujo de Paula Barragán





14 abril 2020





14 de abril. Día de la República

Como cada año reivindicamos nuestra aspiración republicana.





Hoy, 14 de abril, es el 88º aniversario de la proclamación de la II República española.



Pasados más de 40 años, con una democracia asentada como la nuestra, es obligado preguntarnos qué utilidad tiene la institución monárquica a día de hoy, qué aporta a la democracia de nuestro país en la actualidad.  En situaciones como la nuestra, la forma idónea de resolver democráticamente el modelo de jefatura del Estado, es por medio de un referéndum que nos posibilite elegir libremente entre monarquía y república.

Las encuestas del CIS hace cinco años que no preguntan sobre la monarquía tras el suspenso que recibió el jefe del Estado en esa ocasión. En cualquier caso, es evidente que, en buena parte de la población, especialmente entre la mayoría de la juventud, se cuestiona la monarquía y más aún ahora que se van descubriendo los escándalos que viene perpetrando el emérito rey y buena parte de su familia.

La República supone la restauración de los valores laicos y republicanos. La III República no es una quimera, no es una utopía. Es una urgente necesidad de regeneración democrática. Y puede ser una realidad, si todos nos unimos y luchamos juntos por conseguirlo. Ha llegado el momento de que decidamos en plena libertad el régimen que deseamos para España.











13 abril 2020

COVID-19





La pandemia del coronavirus ha alcanzado a todo el planeta alterando la vida de la mayoría de los seres humanos. Nos ha expulsado de plazas y calles, aulas y oficinas, cines y cafés. Lo ha infectado todo de miedo para arrinconarnos en nuestras casas, limitando nuestro contacto físico a un grado solo imaginable por la ciencia ficción —un mundo sin abrazos ni besos—. El virus nos persigue en las redes sociales, en las conversaciones familiares y en los escasos silencios que nos permite nuestra sociedad hiperconectada. Pero la crisis también nos ha dado la oportunidad de compartir y apoyarnos unos a otros para traspasar de maneras personales y originales las fronteras que impone el distanciamiento social forzoso.



Texto de Boris Muñoz 
Dibujo de Javier Jaén





04 abril 2020



 Aute, adios al alba

Para encontrar amparo, buscó siempre la belleza.Tal vez la encuentre ahora.



El cantautor Luis Eduardo Aute ha fallecido este sábado a los 76 años en un hospital madrileño. Autor polifacético -cantante, compositor, pintor, poeta y cineasta-, era la voz más emotiva de la España de la Transición, un fabulador fundamental que, en sí mismo, era una fábula: porque el pintor que nunca se imaginó como músico acabó siendo uno de los cantautores más reconocidos y reconocibles de la música popular española, todo un símbolo de las confesiones sentimentales.






En la entrevista del DVD que acompaña al disco Humo y azar, Aute declara: “El amor es un invento del ser humano para poder sobrevivir. Cuando el ser humano se da cuenta de que el paso por la vida es finito, se pregunta: ‘No he pedido venir aquí, estoy aquí y no sé para qué estoy’. Y como no encuentra respuestas, se inventa el amor para huir de esa realidad y poder vivir”. 



“Y así sucede, que, entre la fe y la felonía, la herencia y la herejía, la jaula y la jauría, entre morir o matar... Prefiero amor, amar, prefiero amar, prefiero amar”. Atlas








02 abril 2020





‘Bendita’ Pandemia
               En tiempo de confinamiento



La paranoia y el miedo / no son, ni serán el modo, / de esta saldremos juntos / poniendo codo con codo. Jorge Drexler






La hora/luz en el que el día se abre:


“La primera hora es el nacimiento de la luz. Comienza cuando las tinieblas se empiezan a disipar y acaba justo antes de que el disco solar se presente. Una hora duradera aún sin un inicio claro. Igual de promisoria en todas las estaciones del año, es más cristalina en el invierno y algo más vital en los meses de verano. El tiempo se reactiva en ella lento pero inexorable. Su luz es tenue y del color de la lavanda. No existen sombras a esta hora, por ello, la textura de la materia es suave y aterciopelada, sin brillos, se acerca al tacto. La visión de la realidad se hace poco a poco plena, parece que todo lo visible vuelve a renacer. En los interiores de las casas sólo una ligera claridad anuncia el día. Es el momento en el que mejor se percibe el tránsito entre lo opaco y lo transparente. El aire poco a poco se aligera…”.




La hora duodécima:

“Esta hora empieza en el instante en que desaparece el disco solar y se mantiene hasta que cesa la claridad. Es consistente en todas las estaciones del año, aunque al acercarse el verano su extinción se hace tan lenta que no se sabe con seguridad si acabará. Por ella pasa el tiempo con tranquilidad. No hay sombras a esta hora, sólo quedan gradaciones entre la claridad y la oscuridad. La textura de la materia es suave y sedosa, las aristas desaparecen con esta iluminación. En los interiores sólo se percibe un eco de la luz que no es capaz de alumbrar. La visión se serena al haberse extinguido la rudeza del contraste. Todo es extrañamente opalescente como consecuencia de la escasa luminosidad”.



La luz del sol, de Álvaro Galmés Cerezo, Pre-Textos.
Fotos de Christopher Markisz y Brian Snyder