MANIFIESTO
Todos los seres humanos tenemos derecho a conducir nuestra vida libremente, según los dictados de nuestra propia conciencia.
Solo el Estado laico y aconfesional es capaz de garantizar el ejercicio pleno y en igualdad de condiciones de la libertad de conciencia, base común de las demás libertades, incluida la libertad religiosa o de culto.
Por tal motivo, cercana ya la fecha del Día de la Constitución:
Todos los seres humanos tenemos derecho a conducir nuestra vida libremente, según los dictados de nuestra propia conciencia.
Solo el Estado laico y aconfesional es capaz de garantizar el ejercicio pleno y en igualdad de condiciones de la libertad de conciencia, base común de las demás libertades, incluida la libertad religiosa o de culto.
Por tal motivo, cercana ya la fecha del Día de la Constitución:
- Queremos reivindicar una vez más el principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado y sus instituciones
- Queremos unas instituciones del Estado libres e independientes de cualquier condicionamiento proveniente de instituciones de carácter privado. Constituyen el espacio público, común a toda la ciudadanía, donde no deben estar presentes la ideología y la simbología de ninguna confesión religiosa.
- Queremos unos representantes públicos que ejerzan sus cargos desde los principios de libertad e igualdad para toda la ciudadanía, de tal forma que, cuando actúen en calidad de tales, lo hagan desde la universalidad y la neutralidad, y en ningún caso desde la confesionalidad.
- Queremos una escuela pública y laica.
- Queremos la no presencia de nuestras instituciones públicas y nuestros representantes políticos, en calidad de tales, en ningún acto perteneciente a una confesión religiosa
- Queremos la derogación del Concordato y otros Acuerdos entre el Estado español y el Vaticano
- Queremos la devolución al pueblo del patrimonio artístico/cultural eclesiástico
- Queremos una Judicatura que, lejos de dejarse llevar por sus ideologías, dicte sentencias justas y acordes con el Estado aconfesional proclamado en la Constitución.
- Queremos, en fin, un Estado realmente laico y aconfesional.
Zaragoza, 2 de diciembre de 2010
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