Sin duda, Monsieur Verdoux es una de las grandes películas sonoras de Chaplin, quizá menos reconocida por dos motivos: por un lado porque no aparece el entrañable Charlot y por otro lado, porque del cine sonoro de Chaplin, la sombra de "El gran dictador" es muy alargada.
Con una puesta en escena magnífica y un personaje que por momentos se muestra despreciable pero con un final en el que justifica sus actos con frases magníficas que realizan una crítica mordaz sobre las guerras y asesinatos masivos (con ese "los números santifican" del que no voy a dar mas información) y con lo que hace que el espectador se alíe al protagonista después de casi haberlo odiado a lo largo de toda la película, un ritmo que no decae en ningún momento, con idas y venidas del tren a la vez que con la música, se convierte en un referente del cine clásico diría casi imprescindible.
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