Visita a la

iglesia de la Magdalena

Jueves, 30 de enero

Un café (sin madalena) era testigo de la puntualidad de my friend Pepe. El azar ha hecho posible el adelanto de la visita concertada por él a la iglesia de Santa María Magdalena. El templo llevaba cerrado desde junio de 2002 para abordar una ambiciosa restauración que solucionara el problema endémico de las humedades. Después de 17 años cerrada al público por obras, desde el 17 de febrero de 2019 ya es posible visitarla de la mano de Alma Mater Museum.

 

La iglesia es una de las más antiguas de Zaragoza, ya que aparece citada en documentos de 1126. El templo que se ve hoy día es de estilo mudéjar, primera mitad del siglo XIV, con significativas aportaciones barrocas. En el siglo XVIII fue objeto de una reforma que cambió su orientación. Se trata de un edificio de nave única de tres tramos, cubierta con bóvedas de crucería sencilla, capillas laterales y un ábside de siete lados sin contrafuertes, que hoy hace las veces de ingreso, al abrir allí la portada principal.

En el interior, el retablo mayor, de José Ramírez de Arellano, representa la ‘Glorificación de Santa María Magdalena’ en su cuerpo central. Destaca parte del retablo que para esta iglesia se le encargó a Damián Forment y que no llegó a terminar; todo ello está sin policromar, en el oscurecido color de la madera. Imágenes y retablos barrocos. El órgano y la cripta, bajo el presbiterio, que no se visita. Al exterior cabe destacar la decoración del ábside: en la zona inferior aparecen paños de arcos mixtilíneos entrecruzados, sobre ellos un conjunto de ventanas ojivales y más arriba, características lacerías de cruces resaltadas en ladrillo que forman dibujos de rombos.

El elemento más sobresaliente es su magnífica torre mudéjar, de planta cuadrada, que sigue el modelo de las torres turolenses de San Martín y El Salvador. Su estructura responde también al modelo de alminar almohade, como en la iglesia de San Pablo. Los motivos ornamentales son los tradicionales en la arquitectura mudéjar presentando arcos mixtilíneos, ventanas abocinadas en arco de medio punto y paño de cruces formando rombos, todo esto enriquecido con piezas de cerámica vidriada, muy característico del arte mudéjar aragonés. Para acceder a la torre lo hacemos desde el interior. El esfuerzo lo merece, la vista es espectacular. La salida la tenemos al pie de la torre, por la entrada original de arcos apuntados de la calle Mayor, que estaba tapiada antes de esta última reforma.

En los trabajos arqueológicos se encontró bajo el suelo una necrópolis cristiana con 375 cuerpos y numerosos restos óseos en la cripta que, una vez estudiados, se han vuelto a inhumar. También se han descubierto restos de una antigua mezquita sobre la que se construyó el templo cristiano y, por debajo de estos, el pavimento de una calle romana.

Detrás de la iglesia está la calle del Órgano, llamada así por el voladizo que se construyó en el siglo XVIII para poder introducir la maquinaria del nuevo órgano de tubos.

En la actual plaza de la Magdalena se encontraba la Puerta de Valencia, una de las cuatro que tuvo la ciudad romana, y que marcaba el inicio del decumano, que transcurría por las calles Mayor, Espoz y Mina y Manifestación, hasta llegar a la desaparecida Puerta de Toledo, muy cerca del Mercado Central. Al lado de la iglesia, en la esquina de la calle san Cristóbal con Mayor, se pintó un mural en la pared dejada tras la desaparición del Arco de la Magdalena para recordarla. También, en la calle Mayor, 72, aún conserva la huella de la desaparecida Puerta de Valencia. En 1867, ante la necesidad de ampliar la plaza, se aprobó su derribo.

En la fotografía de Julio Requejo, 1922, de izquierda a derecha, vemos la calle Mayor, la iglesia de la Magdalena, la capilla tardogótica construida por Pedro Cerbuna para la Universidad, antigua biblioteca de la misma (la desidia de las autoridades del Ministerio de Educación consintió, si no propició, la ruina completa en 1973 con parte de sus fondos, que quedaron expuestos a la intemperie entre las ruinas y el saqueo, sin que nadie lo impidiera), y la antigua Universidad. Un mural en la fachada del instituto que ocupa su lugar recuerda a ambos edificios. DARA

La iglesia de la Magdalena está catalogada como Bien de Interés Cultural desde el año 1931. Apodada como la parroquia del ‘Gallo’, por la veleta que corona la torre desde el siglo XV, es uno de los exponentes más importantes de la arquitectura mudéjar de Aragón, pero no forma parte del Patrimonio de la Humanidad. Los bienes incluidos son diez, los cuatro declarados en 1986 (catedral de Santa María y las iglesias de San Martín, San Pedro y El Salvador, de Teruel); y los de 2001: colegiata de Santa María de Calatayud, iglesia de Santa Tecla de Cervera de la Cañada, iglesia de Santa María de Tobed, la Aljafería, iglesia de San Pablo y La Seo de Zaragoza.

Fotos de Pepa, Josemari y Pepe