Una fotografía es una elección de realidad.
La ciudad, como espacio donde la soledad emerge a través de la multitud, es lo que Adrián mira con precisión redentora.
Una soledad que no sabe estar sola entre la muchedumbre.
Los transportes con gentes que vuelven o van. Los bares de última hora de la noche o por la mañana, cuando se bebe la primera cerveza o la última, a la que seguirán otra y otras.
Gentes agarradas al móvil
para no estar solas y hablar con los suyos. Edificios sin luces
No son fotografías
desesperanzadas, son una visión compasiva del ser humano y nos sugieren el
camino sobre lo que debe ser y todavía no es.
No hay comentarios:
Publicar un comentario